Situado sobre la antigua huerta medieval del Retiro, la cual había sido ya objeto de algunos trabajos coincidiendo con la estancia de José de Bonaparte en estos palacios, fue transformado por el Marqués de la Vega-Inclán a principios del siglo XX.
El diseño del jardín sigue patrones geométricos, en sintonía con los gustos de la época que se caracterizan por la síntesis de estilos que el paisajista francés Forestier comenzó a realizar en Sevilla y en Castilleja de Guzmán. En el caso del alcázar, 20 cuarterones formados principalmente por setos de mirto y ciprés y variedades de cítricos y palmeras, se organizan en diversos niveles desde el punto más alto, que coincide con la Puerta de Marchena, hasta el punto más bajo limítrofe al jardín de los Poetas y la puerta del Campo. Aprovechando dicha orografía pequeños canales rehundidos en el suelo guían el caminar paralelamente al discurrir del agua que conecta las fuentes situadas en los cruces.